Cristina Kirchner visitó a Chávez y coqueteó con su candidatura

CARACAS.- Se abrazaron como grandes amigos, se hicieron regalos, se sacaron fotos, comieron juntos y evitaron -o prefirieron mantener en secreto- el tema que convirtió a la cita en una ocasión especial.

Un día después de que se produjera un nuevo cortocircuito entre la Casa Rosada y el gobierno de los Estados Unidos por el acto anti-Bush que Hugo Chávez encabezó en Buenos Aires, la primera dama argentina, Cristina Kirchner, visitó al presidente venezolano en el Palacio de Miraflores.

"Fue una reunión muy buena", dijo ella en un breve contacto con la prensa, en el que se ocupó de destacar que el encuentro "siempre estuvo agendado". La cita, sin embargo, no figuraba en la escueta agenda que el Gobierno distribuyó entre los periodistas que siguieron el viaje.

El canciller Jorge Taiana, que anteayer había calificado de "inaceptables" las críticas del Departamento de Estado norteamericano respecto del acto chavista en la cancha de Ferro, fue el encargado de negar, en cuatro oportunidades, que Chávez y la primera dama argentina hubieran hablado sobre el tema.

"Fue una reunión muy amistosa, muy cordial. Ante la visita de Cristina Kirchner por invitación de la comunidad judía venezolana, Chávez tuvo el gesto de querer saludarla -contó el canciller-. La senadora le dijo que en Latinoamérica está surgiendo un nuevo sistema de ideas que reemplaza al neoliberalismo de los años 90 y que se vive un momento muy especial en la región."

La visita al Palacio de Miraflores, un predio de una manzana lleno de jardines con pinos y palmeras, duró dos horas y media. La camioneta negra que llevó a la primera dama viajó escoltada por dos móviles de la Policía Nacional. En la puerta del palacio la esperaban guardias con uniformes verdes, con vivos rojos, boina roja y cordones del mismo color.

De la reunión entre Chávez y Cristina Kirchner, en el despacho presidencial, participaron Taiana; su par venezolano, Nicolás Maduro; Alicia Castro, embajadora argentina en Caracas, y Arévalo Méndez, embajador venezolano en Buenos Aires.

El presidente Chávez recibió a Cristina Kirchner en la puerta del palacio y, una vez adentro, le regaló un cuadro con guacamayas, un ave típica de Venezuela. Entre el resto de la comitiva repartió biografías de Simón Bolívar, las que dedicó una por una. La primera dama le había traído una artesanía de plata desde Buenos Aires.

En el almuerzo, en el que se sirvió sopa y pollo con ensalada, hubo bromas y muchos saludos para Néstor Kirchner. Pero los gestos habían empezado antes: en un encuentro de mujeres del que participó a la mañana, el presidente Chávez dijo que se mencionaba a Cristina Kirchner como la próxima presidenta argentina.

Bromista

"Me tengo que ir porque me espera Cristina Fernández", dijo al finalizar su discurso. "Su esposo es el presidente Néstor Kirchner", bromeó. Por si faltaban aclaraciones, siguió: "Algunos dicen que puede llegar a ser la próxima presidenta de Argentina".

Otro que había mencionado a la primera dama como próxima presidenta era el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, con quien Cristina Kirchner se había encontrado el jueves.

Taiana juró que durante el encuentro en el Palacio de Miraflores tampoco se había hablado de la posible candidatura de la senadora.

En el breve contacto que tuvo con la prensa, ella también prefirió esquivar el tema. "¡Ja! Pensé que eras más original", le dijo a un periodista que le preguntó si iba a ser candidata en octubre, mientras subía al ascensor para ir a un encuentro con los representantes de la comunidad judía argentina.

Según la versión que dio Taiana, Chávez también aprovechó para desearle suerte a la senadora en vista del discurso que daría al cierre de esta edición ante la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), crítica de la relación de Caracas con Irán.

La situación política interna de Venezuela también fue tema de conversación. Por estos días, Chávez impulsa la creación de un Partido Unido Socialista de Venezuela y la disolución de los partidos minoritarios que lo apoyaron para llegar al poder.

La iniciativa ya despertó una fuerte resistencia de parte de los líderes de esas fuerzas, que le aportaron cerca de 1.700.000 votos en las elecciones de diciembre. Con su habitual estilo, Chávez los invitó a irse, a pasar a la oposición.

"Nos dijo que es un comienzo, que tiene que haber debate y una construcción democrática", relató el canciller.

Luego del discurso ante la CAIV, Cristina Kirchner comenzaría su regreso a Buenos Aires, luego de tres días en los que se probó el traje de presidenta.