La oposición prepara una virtual interpelación al jefe de Gabinete

Cuando visite el Congreso, el miércoles próximo, lo indagarán sobre Skanska




En una estrategia inédita en el Congreso, los distintos bloques de la oposición de la Cámara de Diputados someterán al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, a una virtual interpelación el miércoles próximo sobre el caso Skanska.

Ese día, el funcionario será convocado al recinto a brindar su informe mensual de gestión, un mecanismo habitual que instauró la reforma de la Constitución en 1994. Desde entonces, la oposición aprovechaba esta oportunidad para bombardear al jefe de Gabinete con cientos de preguntas; esta dispersión le permitía al funcionario responder las que quería, sin posibilidad de repreguntas. Cansada, la oposición decidió cambiar de táctica y acordó focalizar su embestida en un puñado de temas, los que más erizan al Gobierno.

Una de ellos será, inevitablemente, el caso Skanska, por el cual se investiga la presunta participación del Estado en el cobro de coimas por la ampliación de un gasoducto. No se descarta la posibilidad de avanzar también con el caso Greco, referido a las presuntas irregularidades en el pago -frustrado finalmente- de $ 300 millones a aquel grupo económico por parte del Estado.

Pasado mañana, los principales bloques de la oposición se reunirán para definir y acotar el temario con el que recibirán a Fernández.

Seiscientas preguntas

Hasta que surgió esta nueva táctica, los legisladores habían preparado más de 600 preguntas para el jefe de Gabinete. Los temas eran por demás diversos, desde el caso Skanska hasta los problemas ambientales provocados por el calentamiento global. Precisamente esta dispersión era lo que le permitía al funcionario, luego de escuchar todas las preguntas, responder las que quería.

La oposición considera que este mecanismo constitucional -la obligación del jefe de Gabinete de rendir cuentas de la gestión ante el Congreso- se ha degenerado hasta el punto de convertirse en una farsa. En este contexto, Fernández se lucía, máxime frente a una oposición opaca y dispersa. El actual jefe de Gabinete, con su estilo mordaz, lograba cachetear a la oposición y salir airoso de cada sesión. La oposición espera que esta oportunidad sea distinta.

"Nuestra idea es que las visitas del jefe de Gabinete sirvan para que los legisladores obtengamos información de la gestión y no siga siendo un mero trámite", sostuvo Eduardo Macaluse (ARI-Buenos Aires).

Precisamente, la queja generalizada de la oposición es la enorme dificultad que tienen para obtener información de la gestión gubernamental, indispensable para la tarea de control que debe realizar el Congreso.

De hecho, hace tiempo que tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado el oficialismo no permite la aprobación de pedidos de informes, sobre todo los más urticantes para el Gobierno. Si bien este mecanismo nunca fue del todo efectivo -anteriores gobiernos demoraban meses la respuesta a los requerimientos legislativos-, durante la actual gestión ni siquiera se los aprueba.

A tal punto llega la impotencia de la oposición, que, en el caso puntual del radicalismo, debió apelar al decreto 1172 del Gobierno de acceso a la información pública para recabar antecedentes sobre el caso Greco.

Sin embargo, tampoco funcionó: el senador y presidente de la UCR, Gerardo Morales, y su par del bloque de senadores radicales Ernesto Sanz, debieron presentar en la Justicia una acción de amparo por mora, debido a que Economía no respondió lo solicitado, con lo que incumplió con lo que exige el decreto.

Lo mismo está por suceder con otro pedido, en este caso referido al destino de $ 300 millones en subsidios por parte del secretario de Transporte Ricardo Jaime. "No dan información; los funcionarios no vienen a las comisiones del Congreso; la ley de acceso a la información está trabada Sin duda, el Gobierno realiza una tarea de destrucción sistemática del Congreso", asestó Federico Pinedo (Pro-Capital).

Por Laura Serra
De la Redacción de LA NACION