La influencia de Máximo Kirchner
Era previsible, tener un padre fanático de la política activa sólo puede generar dos efectos: fascinación por ese mundo oscuro y misterioso o rechazo total. Máximo Kirchner parece estar inclinándose por la primera de las opciones y quienes lo frecuentan comentan que cada vez lo ven más involucrado en la actividad de su padre, con especial injerencia en la campaña porteña.
Integrantes de Compromiso K revelaron a La Política Online que la injerencia de Máximo Kirchner habría sido decisiva para que le otorguen el cuarto lugar en la lista como diputado porteño a Juan Cabandié, hijo de un desaparecido, que tendría una cordial relación con el hijo presidencial.
Esto generó el malhumor del inefable líder de los jovenes K Nicolás Trotta, que aspiraba a ocupar ese lugar, y no vería con buenos ojos la creciente influencia de Máximo Kirchner, en una franja generacional que sueña con representar.
Juan Cabandié es el protagonista de una historia conmovedora, y es necesario reconocer que su postulación, respaldada por los más alto de la Casa Rosada, tiene mucho de reparación.
Este joven candidato, nació en la ESMA hace 27 años, donde sus padres de 17 y 19 años fueron torturados y asesinados. Lo crió un policía-apropiador. No obstante, buscó y encontró su verdadera identidad. Su caso tuvo una enorme repercusión cuando se reabrieron las puertas de la ESMA en una acto que lideró el propio Kirchner dos años atrás.
Actualmente Cabandié trabaja en el ministerio de Desarrollo Social, donde se desempeña como presidente del Consejo Federal de Juventud, lo que le permitió constuir una sólida relación con dos familiares directos del Presidente: su hijo Máximo y su hermana, la ministra Alicia.
Máximo también suele tener trato frecuente con el líder de los jovenes de la agrupación Compromiso K, el más serio José Ottavis, trato que por alguna razón no se extiende a la directora nacional de Juventud, Mariana Grass.
Máximo conducción
El hijo del Presidente, no acotaría sin embargo su creciente influencia a la campaña porteña. Hace pocos días se inauguró en Santa Cruz un nuevo centro de formación kirchnerista cuyo acto fue precedido por Máximo. Ningún medio ingresó allí porque su estrategia es inalterable: toma decisiones desde la sombras y no eleva el perfil bajo ninguna circunstancia.
Incluso, su avance podría estar generando reacomodamientos en la agrupación Compromiso K que lidera el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zanini. El funcionario le estaría dando al hijo presidencial nuevos espacios de poder, y Máximo ya tendría trato directo con los principales dirigentes de la agrupación ultrakirchnerista. “Con Roberto Porcaro habla todas las semanas” comentan, cerca del hijo del Presidente.
Máximo es uno de los pocos privilegiados que estuvo en El Calafate cuando el presidente se tomó unas inesperadas vacaciones de once días. Suele transitar por su provincia natal acompañado de una discreta custodia, cuando concurre a una de las inmobiliarias que controla su padre, en la que formalmente trabajaría.
El hijo presidencial está dando así sus primeros pasos en la política, actividad que a su hermana, la simpática Florencia, la menor de los Kirchner, no parece distraer, mientras día a día actualiza su exitoso fotolog.
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