La queja por el acto de Chávez, una reacción bien calculada por EE.UU.
El Departamento de Estado buscó tener una buena relación con Kirchner durante mucho tiempo. Nos aguantamos las críticas durante la Cumbre de las Américas en Mar del Plata y también que jamás agradeciera la ayuda que le dimos durante la crisis. Pero al permitir que Chávez presida un acto en la Argentina justo el día que Bush llegaba al Uruguay, Kirchner se pasó de la raya", dijo a Clarín un funcionario del gobierno de George Bush que contó cómo y por qué el Departamento de Estado decidió quejarse públicamente la semana pasada.
Según la fuente, las declaraciones que hizo el subsecretario de Asuntos Políticos, Nicholas Burns, en las que acusó al presidente Kirchner de "incoherente", no fueron un exabrupto personal ni tampoco un gesto superficial. Formarían parte de un cambio político que se traducirá en un enfriamiento de las relaciones.
"En primer lugar, es la primera vez en mucho tiempo que tenemos en Argentina un embajador fuerte. Wayne no es del tipo de persona que está allí sólo para decir cosas bonitas y diplomáticas. Todo lo contrario. El fue quien propuso en primera instancia una queja formal por lo que considera que fue una conducta inaceptable", dijo la fuente.
"Como Wayne no podía llamar directamente a Bush, le comunicó su sentir al embajador de Estados Unidos en Uruguay (Frank Baxter), quien estuvo totalmente de acuerdo", añadió.
Baxter no es un embajador cualquiera. Su nombramiento en Uruguay fue en recompensa por los millones y millones de dólares que recaudó en Wall Street para diversos candidatos republicanos, incluido el propio Bush, a través del Club para el Crecimiento, un grupo de ejecutivos conservadores que militan por el recorte de impuestos.
"En cuanto Bush aterrizó en Uruguay con su comitiva, Baxter comunicó la inquietud a Dan Fisk (un cubanófilo que actualmente dirige el Departamento del Hemisferio Occidental en el Consejo Nacional de Seguridad) enfrente del propio Burns. Y fue allí mismo donde se tomó la decisión de que había que hacer algo. Bush y (Condoleezza) Rice estaban furiosos."
La fuente dijo que el subsecretario para Asuntos Hemisféricos, Tom Shannon, no pudo frenar la queja.
Durante la ya famosa conferencia que dio en el Consejo de las Americas, Burns no sólo criticó duramente a Kirchner sino que retomó la virulenta retórica antichavista de la época del ex subsecretario para Asuntos Hemisféricos Roger Noriega.
Según la fuente, en el seno del gobierno de Bush siguen pensando que la relación entre Kirchner y Chávez es fundamentalmente de conveniencia por la compra de bonos argentinos. "Pero cuando Chávez le vino con la idea del acto, Kirchner tendría que haberle dicho que no. Es totalmente infantil decir 'yo no tuve nada que ver con la organización. Fueron las Madres de Plaza de Mayo'. Eso es una estupidez. Lo cierto es que Kirchner sale de esto debilitado y como totalmente dependiente de Chávez" ante los ojos del gobierno de Bush.
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