Kadírov toma posesión a sus 30 años como nuevo presidente de Chechenia
MOSCÚ. Su padre murió en un atentado de la guerrilla separatista, muchos de cuyos combatientes, sin embargo, forman ahora parte de su guardia pretoriana. A los 30 años de edad, Ramzán Kadírov fue investido ayer presidente de Chechenia. Vladímir Putin le propuso para el cargo el mes pasado y la asamblea local ratificó el nombramiento.
La ceremonia de toma de posesión tuvo una pompa impropia para una república devastada por dos guerras. Por motivos de seguridad, los fastos no tuvieron lugar en Grozni, sino en Gudermés, feudo de la familia Kadírov. Acudieron más de mil invitados procedentes de las repúblicas vecinas y de numerosos países musulmanes.
A modo de regalo, sus hombres mataron el miércoles a Suleimán Elmurzáyev, asesino de su padre y uno de los pocos dirigentes separatistas que quedan aún. El nuevo presidente de Chechenia se define a sí mismo como un «guerrero del Cáucaso» que combatió contra el Ejército ruso cuando aún era un adolescente y después contra los separatistas, a los que condenó a las montañas.
«Si eres un líder, la gente debe tenerte miedo», mantiene Kadírov, cuya edad, 30 años cumplidos el pasado mes de octubre, es el mínimo permitido para poder ejercer la Presidencia de esta conflictiva república norcaucásica rusa.
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