El gobernador Roy Nikisch, ¿la próxima estrella que exhibirá el radicalismo K?

Como era de esperarse, la estrategia de seducción del presidente Néstor Kirchner se incrementa en la medida en que apremian los tiempos electorales.

Por estos días, la mirada oficial parece puesta especialmente en Chaco, hasta ahora la provincia gobernada por la UCR más arisca a los acercamientos oficiales, donde la intención del Presidente parece ser que el actual mandatario Roy Nikisch, busque la reelección como el candidato más cercano a la Casa Rosada.

En el Chaco no pasó inadvertido que en las últimas dos semanas Kirchner convocó dos veces a Nikisch a la Casa de Gobierno, convocatorias que el radical aceptó encantado.

La primera vez sucedió hace 15 días, cuando el Presidente le otorgó al gobernador (que llegó a ese cargo como delfín político de Angel Rozas) una audiencia que había pedido hacía varios meses. "Algo hemos hablado", dijo lacónico Nikisch, cuando le preguntaron si habían tocado el tema de las candidaturas en la provincia.

En el Chaco, los seguidores de Nikisch pretenden que compita por la reelección y enfrente a Rozas en elecciones internas partidarias. El gobernador chaqueño, extremadamente reservado, mantiene su decisión final en total hermetismo, aunque anunció que la difundirá antes del sábado próximo.

"No soy su vocero; sólo digo que confío en la decisión final de Nikisch", se limitó a decir Rozas, consultado por LA NACION, mientras en su entorno creen que el actual gobernador le dejará vía libre para volver al sillón que Rozas tuvo que abandonar en 2003, porque la Constitución provincial sólo le permitía ser reelegido una vez. A cambio, Nikisch iría al Senado de la Nación.

Pero si una hora de charla con Kirchner ya había llamado la atención, mucho más lo hizo la presencia de Nikisch en el lanzamiento del plan de viviendas que el Presidente encabezó el martes último. De las 225.000 casas proyectadas, 1500 serán para el Chaco. También hubo compromisos para un acueducto para la provincia.

Estos gestos de acercamiento, que nadie atribuye a la casualidad, agitaron el avispero en el Chaco, donde varios seguidores de Nikisch confiaron (con la condición de conservar el anonimato) que preferirían una alianza con Kirchner antes que un alineamiento detrás de Roberto Lavagna, como propone el partido. "Pero ni siquiera nos dijo a nosotros cuál va a ser su decisión final", dicen desesperados, deshojando la margarita.

"Si Nikisch no entró en el toma y daca en estos tres años, es porque va a seguir en esa línea", opinó, consultado por LA NACION, el presidente de la UCR chaqueña, Hugo Maldonado.

Hasta ahora, Nikisch era el único gobernador radical que no integraba el grupo de los cinco gobernadores radicales K que aceptaron (con distintos matices) sumarse a una concertación con la Casa Rosada para octubre próximo.

Pregunta

Otra vez fuera del terreno de las casualidades, LA NACION pudo saber de fuentes cercanas al gobernador que, durante su encuentro reservado con Kirchner, éste le preguntó por la posibilidad de elegir gobernador el 28 de octubre próximo, junto con las elecciones nacionales. Nikisch le explicó que era imposible porque la Constitución chaqueña (reformada por los previsores radicales) obliga a comicios separados. Y ya convocó a elecciones para el 16 de septiembre próximo.

Atando cabos, en el Chaco (donde la UCR le viene ganando al justicialismo por más del 60 por ciento de los votos) creen que la intención de Kirchner es que Nikisch busque la reelección como el candidato más cercano a la Casa Rosada, enfrentando a Rozas.

Mientras tanto, el propio Rozas (opositor acérrimo al Gobierno hasta que dejó la conducción de la UCR en manos de su amigo, el jujeño Gerardo Morales) flexibilizó su discurso, consciente de que necesitará la ayuda nacional como el aire que respira. "Si soy gobernador, voy a tener una buena relación institucional con el gobierno nacional porque es bueno y necesario para la provincia, aunque eso no significa sumisión al poder central", dijo.

Rozas ya hizo su jugada. Ahora, todas las miradas están puestas en Nikisch.