Según allegados al FMI, Felisa Miceli no debiera participar en un foros crítico
Como se sabe, Joseph Stiglitz –Nobel compartido, 2001- viene criticando los errores y la escasa transparencia del Fondo Monetario Internacional. De hecho, no debate con su actual director gerente, Rodrigo Rato, porque no lo considera a su altura. Ahora, coinciden en Washington la devaluada asamblea semestral FMI-BIRF y, poco antes, un foro organizado por el centro de investigaciones políticas y económicas (CIPE).
Miceli y funcionarios de varios países asistirán a ambos encuentros. Pero sucede que, hace pocos días, el CIPE difundió un análisis de “errores y prejuicios” del FMI sobre Argentina y Venezuela. En el segundo caso, el ente mulilateral repite las habituales objeciones de la Casa Blanca al gobierno de Hugo Chávez. En el primero, “se trata de graves errores reiterados desde 1999”, sostiene Mark Weissbrot, codirector de la organización no gubernamental.
“La baja fiabilidad de las estimaciones del FMI debiera analizarse en la inminente asamblea conjunta. Durante la crisis financiera argentina –señala el CIPE-, la entidad comenzó a sobrestimar las proyecciones de crecimiento anual del producto bruto interno para 2002-2. Después, las divergencias de 2003-5 reflejaron el conflicto entre Buenos Aires y el Fondo por la renegociación de la deuda externa privada”. A decir verdad, Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen gestaron un canje que irritaba a bonistas, fondos buitres y sus aliados en el FMI.
El caso venezolano es peor. Como recuerda el estudio, “el Fondo apoyó de inmediato al golpe militar que desplazó efímeramente a Chávez, en 2002”, El papelón corrió a cargo de Thomas Dawson, viejo enemigo de Argentina también. De paso, la increíble torpeza de Washington explica el tono agresivo que, desde entonces, mantiene Chávez, no sin cierta exageración.
Ahora, con la imagen del Fondo bastante ajada, sus voceros oficiosos critican a Miceli. Pero el debate armado por el CIPE resulta ineludible para Argentina, dada la presencia de Stiglitz. Junto con Michael Mussa y Paul Krugman, ha figurado entre los objetores iniciales del FMI y el Banco Mundial. El primero fue vicepresidente del BIRF hasta que Estados Unidos lo hizo echar en 2001. El segundo abandonó el Fondo (2003) en medio de una dura polémica y sus denuncias derivaron en sumarios por graves errores en la crisis sistémica internacional de 1997/8. Luego le echaron tierra al asunto, entre cuyos implicados estaba Anup singh.
Pero los “faux pas” del FMI no cesan. Entre el estudio del CIPE y el encuentro convocado ahora, Rato sacó un informe sobre perspectivas económicas de Estados Unidos, que rezuma un optimismo con escaso fundamentos. En medio de tantas cosas, Argentina decide participar en la reunión de la ONG y, por supuesto, en la asamblea FMI-BIRF.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario