Kirchner califica de «fusilado» al profesor muerto por la Policía en una protesta
CARMEN DE CARLOS CORRESPONSAL
BUENOS AIRES «Por pensar distinto, lo fusilaron». El Presidente Néstor Kirchner calificó de este modo la muerte de un maestro -la semana pasada a causa de la represión policial-, que desembocó en la mayor manifestación nacional de protesta durante su Gobierno.
Cuatro días después de la tragedia y horas más tarde de que decenas de miles de personas salieran a las calles, el jefe del Estado salió en defensa propia y deslindó responsabilidades. «Algunos quieren recrear la Doctrina de Seguridad Dos (propia del régimen militar) y creen que para ser un buen gobernante hay que estar con un palo en la mano». El ataque estaba dirigido al gobernador de Neuquén, provincia donde murió el docente como consecuencia de un bote de humo lanzado, prácticamente a boca jarro, y al diario La Nación. A ambos atribuyó la defensa de prácticas propias de la dictadura.
Kirchner lanzó sus invectivas, como es habitual, desde la Casa Rosada, sede del Ejecutivo y censuró las críticas a su mutismo. «La Argentina no termina en la General Paz», insistió en referencia a uno de los límites territoriales de la Capital Federal. El jefe del Estado se remitía, subliminalmente, a unas breves declaraciones que había hecho desde Santa Cruz, al sur del país, en las que, sin honduras, había lamentado la muerte del docente. El lunes, ante el alcance de la protesta, reaccionó y lanzó un mensaje institucional: «llamo a todos los sectores a la convivencia, a la paz. Debemos tener racionalidad y entender hasta donde podemos avanzar».
Insatisfechos, los docentes reclaman mejoras salariales. Diego Villaman, secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Eduación de Neuquén (Aten), lamentó: «Todo el mundo va a aparecer ahora para quitarse culpas de encima. Hubo cuatro días en los que no habló el Presidente, cuando nosotros hicimos muchísimas cosas para que se expidieran las autoridades y nunca nadie se expidió».
El Presidente, que también guardó silencio los cuatro días posteriores al incendio de la discoteca Cromañon, hace dos años, comparó la muerte del profesor con la de dos piqueteros que también murieron en manos de la Policía, pero en Buenos Aires durante la gestión de Eduardo Duhalde.
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