Los candidatos franceses recurren a la mitología heroica y patriótica
JUAN PEDRO QUIÑONERO
CORRESPONSAL
PARÍS. A cinco días de la primera vuelta, la campaña roza la mística religiosa y patriótica. Nicolas Sarkozy, conservador, se recoge ante el mausoleo del general De Gaulle, coronado con una gigantesca cruz de Lorena. Ségol_ne Royal es presentada por sus exégetas más cáusticos como una Juana de Arco de «una nación de víctimas», a la espera de imprevisible redención laica.
Las parábolas religiosas y patrióticas forman parte del cuerpo a cuerpo de la batalla final. La peregrinación a Colombey-les-deux-Eglises, donde se encuentra la tumba y la residencia última del general de Gaulle, forma parte del ritual de todo candidato conservador que se precie. En el caso de Nicolas Sarkozy, el viaje estuvo sazonado con un rosario de matizaciones políticas de fondo.
Guiños a la izquierda
El candidato conservador se dice «dispuesto» a integrar en su gobierno a uno o varios ministros «de izquierdas». Se trata de un guiño dirigido a los electores de centro izquierda. De hecho, De Gaulle fue el primer dirigente político francés que hizo entrar a ministros comunistas en un gobierno de coalición. Mientras la izquierda socialista enfrenta a partidarios y adversarios de una negociación con los conservadores de François Bayrou, Sarkozy se presenta como candidato de la «Francia profunda», aspirando a reconstruir la malparada identidad nacional.
Al tiempo que Sarkozy se dejaba fotografiar al pie de la cruz de Lorena, «Le Monde» destacaba en sus páginas de opinión un retrato feroz de Ségol_ne firmado por John Vincour, en el que presentaba a la candidata como la «Juana de Arco de una nación de víctimas». Horas antes, Arlette Laguiller (trotskista) había denunciado la izquierda nacional, en oposición a la izquierda obrera, saliendo al paso de los «ataques de patrioterismo» de la candidata socialista.
Asumiendo su papel de Juana de Arco de la izquierda socialista, Ségol_ne intenta poner orden entre sus propias huestes, divididas entre partidarios y adversarios de negociar algún acuerdo estratégico con François Bayrou, centrista. Daniel Cohn-Bendit, euro diputado ecologista más o menos legendario, es partidario de una gran coalición entre el PS, los Verdes y la UDF de Bayrou. Sin embargo, los «elefantes» socialistas contemplan horrorizados tal hipótesis.
Pero los ataques de misticismo patriótico obedecen a razones de forma y fondo. Los grandes temas económicos, diplomáticos e institucionales, quedan ya muy lejos. Sarkozy y Ségol_ne aparecen a la cabeza de todos los sondeos aunque Bayrou y Le Pen todavía esperan poder eliminar a la candidata.
En la recta final, los favoritos, Sarkozy y Ségol_ne, se mueven con pies de plomo intentando evitar un mal paso e invocan los grandes símbolos nacionales: De Gaulle, Juana de Arco, la Patria (evidentemente en peligro), la Nación (a defender contra las turbas extranjeras, claro), el Trabajo, la Familia, son glosados por las grandes orquestas conservadora y socialista.
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