El juez que enfrentó a Kirchner decidió acortar su licencia
Diez días antes de lo previsto, el juez Alfredo Bisordi, protagonista de la pelea más fuerte que la Cámara de Casación haya tenido jamás con un gobierno, pondrá fin a su licencia por enfermedad y volverá a los tribunales de Comodoro Py.
Con un juicio político que avanza en su contra, Bisordi quiere evitar aparecer como derrotado en su enfrentamiento con la Casa Rosada y cree que su defensa resultará más eficaz si la hace desde su despacho.
Pero para volver necesita que su médico le dé el alta. "El único fundamento de mi licencia fue mi problema de salud -dijo ayer Bisordi a LA NACION-. Mañana [por hoy] voy a ver al médico. Si me encuentra bien y me da el alta, vuelvo ahora. No hay ningún motivo para que no vuelva a trabajar."
Bisordi fue denunciado junto con otros tres miembros de la Cámara de Casación por "obstaculizar" las investigaciones de crímenes de la dictadura. La denuncia fue realizada por 62 querellantes de esas causas; contó desde el primer momento con el apoyo explícito del Gobierno, y ya se convirtió en la investigación más importante del Consejo de la Magistratura.
Sin embargo, hay algo que a Bisordi lo preocupa más: el acto de repudio que la agrupación Hijos anunció para el 28 de abril en la puerta de la casa de Villa Pueyrredón, donde el juez vive con su madre, de 83 años.
Bisordi vincula ese acto con una amenaza que dice haber recibido de gente vinculada al Gobierno.
"Antes de que me tomara la licencia, unos emisarios que dijeron que venían de parte del Gobierno me dijeron que, si no renunciaba, me iban a mandar a la agrupación Hijos a hacerme un escrache a mi casa. Cumplieron. La amenaza se hizo realidad y coincide incluso la agrupación. Es evidente que actúan en conjunto", dijo ayer Bisordi.
Cuando el magistrado decidió tomarse un mes de licencia, su relación con la Casa Rosada atravesaba el momento de mayor tensión. "Doctor Bisordi, renuncie. Váyase. Hágale un bien a la patria", le había dicho el ministro de Interior, Aníbal Fernández.
Era una respuesta a declaraciones de Bisordi, que había acusado al gobierno de Néstor Kirchner de pretender "darles órdenes a los jueces por televisión". Con esas declaraciones, se convirtió en el blanco de las quejas del Presidente por las demoras.
Dos días antes del pedido de licencia, Kirchner se había referido a Bisordi, sin nombrarlo, cuando dijo que había "jueces racistas" o que "tratan de terrorista a quien piensa distinto". La mención era casi explícita: Bisordi fue apercibido en 2005 por haber llamado "delincuente terrorista" a una ex detenida de la ESMA.
Desde ese episodio, se excusa en casi todas las causas de derechos humanos. Por eso, a él no se le imputan demoras en estos expedientes.
La acusación contra Bisordi consiste en haber trabado la actividad del tribunal que debe juzgar los delitos de la dictadura. Le cuestionan, en concreto, que le haya solicitado al tribunal que explicara las causas por las que pedía que no le enviaran otros expedientes y dedicarse sólo a juzgar a represores.
También lo acusan de haberse declarado "enemigo manifiesto" de los organismos de derechos humanos en su excusación. "Yo no dije que era enemigo de todos los organismos; sólo, de los que me habían denunciado", protesta el camarista.
Ayer, se le sumó otra denuncia. Un miembro del Consejo, el abogado Santiago Montaña, lo acusó de haber tratado con desprecio al presidente del Colegio de Abogados porteño cuando, por televisión, lo llamó "gordito".
Para los miembros de Hijos, Bisordi "era fiscal del juez que rechazaba los hábeas corpus y representa la continuidad del aparato judicial de la dictadura". El 28 de abril intentarán convencerlo de que renuncie.
Por Paz Rodríguez Niell
De la Redacción de LA NACION
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